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Algunos mitos e ideas erróneas pueden hacer más difícil la búsqueda de la felicidad. Como creer que la felicidad es sentir placer todo el tiempo o tener siempre satisfechos todos nuestros anhelos. O pensar que la acumulación de cosas materiales nos dará un gran bienestar. O predecir que cierto evento nos dará una felicidad duradera, o al contrario, que no podremos reponernos jamás si pasa lo que tenemos.

Placer y la satisfacción de deseos

La primera idea errónea sobre la felicidad es la creencia que ser feliz es sentir placer todo el tiempo y en todos los lugares. No es realista. La felicidad tiene más que ver con significado, compromiso con otras personas, y contribuir a algo externo a nosotros que podemos llamar el bien común.

La adaptación hedónica es la manera divertida de decir que nos acostumbramos a las cosas. Cuando pensamos en la felicidad como placer al cubrir nuestras necesidades o anhelos, y otra vez placer al cubrir otro anhelo, siempre aparecerán nuevos deseos, es una búsqueda sin fin. Si piensas en la felicidad como algo que viene al perseguir cosas materiales siempre vas a querer más. Por ejemplo, estás muy contento con tu coche nuevo, pasado un tiempo ya te has adaptado a tu coche y no lo valoras como al principio y además ves que tu vecino tiene un coche que te gusta más que el tuyo, así que querrás otro coche. Cuando consigues lo que quieres estás feliz pero luego te adaptas, te acostumbras. Es una búsqueda sin fin.

Predicción afectiva

Otro tema que nos pone difícil ser felices es que somos malos jueces sobre lo que nos va a hacer felices y cuanto va a durar. Dan Gilbert lo llama predicción afectiva, es predecir cuánto nos va a impactar un evento de la vida. Lo que sucede de manera general es que la gente cree que un gran evento les va hacer feliz durante mucho tiempo y que los malos eventos les van a hundir y por un futuro imprevisible. Pero tendemos a reponernos de las cosas que nos han causado sufrimiento más rápido de lo que creíamos. Y nos adaptamos rápidamente a las cosas que creíamos que nos iban a hacer felices por mucho tiempo. Sonja Lyubormirsky: “Nada en la vida produce tanta alegría ni causa tanto sufrimiento como creemos”.

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Dan Gilbert realizó un experimento con 571 estudiantes divididos en tres grupos: los que tenían una relación romántica, los que los habían dejado hace poco y los que habían terminado la relación hace dos meses. Al grupo que tenían la relación les pidió que hicieran una predicción sobre cómo serían de felices si la relación se terminara. Comparó los niveles de las predicciones del grupo con pareja con los niveles de los otros grupos que no tenía pareja y comprobó que los niveles de felicidad de las predicciones era más bajo que el mostrado por los otros grupos. Lo que muestra que nos recuperamos más rápido de lo que creemos que nos vamos a recuperar. Esto hace que difícil que pensemos en la felicidad de una manera realista.

Cosas materiales vs. experiencias

Otro mito sobre la felicidad es en relación con la acumulación de cosas materiales. Tom Gilovich hizo un estudio comparando las diferencias en la felicidad que están relacionadas con la adquisición de cosas materiales frente a la de experiencias. Preguntó a las personas que recordasen y valorasen la satisfacción después de gastarse un montón de dinero en algo material o en una experiencia y les pidió que valorasen la satisfacción en el momento actual que les producía la compra material o la experiencia. La satisfacción inicial es parecida, un poquito superior en la experiencia, según pasa el tiempo la satisfacción por algo material disminuye mientras que la de la experiencia aumenta. Nos produce más satisfacción gastar el dinero en experiencias que en cosas materiales.

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Mejor gastar nuestro dinero en experiencias, nos dará mayor satisfacción.


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Fuente:
http://greatergood.berkeley.edu/

 

 

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